Sólo el fuego y el mar pueden mirarse
sin fin. Ni aún el cielo con sus nubes.
Sólo tu rostro, sólo el mar y el fuego.
Las llamas, y las olas, y tus ojos.
Serás de fuego y mar, ojos oscuros.
De ola y llama serás, negros cabellos.
Sabrás el desenlace de la hoguera.
Y sabrás el secreto de la espuma.
Coronada de azul como la ola.
Aguda y sideral como la llama.
Sólo tu rostro interminablemente.
Como el fuego y el mar. Como la muerte.
Eduardo Carranza
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