Solamente por oír
la campana de la Vela
te puse una corona de verbena.
Granada era una luna
ahogada entre yedras.
Solamente por oír
la campana de la Vela
desgarré mi jardín de Cartagena.
Granada era una corza
rosa por las veletas.
Solamente por oír
la campana de la Vela
me abrasaba en tu cuerpo
sin saber de quién era.
García Lorca
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